Nos
da a conocer que hay vida vegetativa, animal pero sobre todo vida humana que es la que enmarca en el recorrer es decir todo es un
complemento pero el ser humano debe de marcar una diferencia porque razona
tiene sus 5 sentidos para saber cómo va actuar y hacer del mundo un mundo mejor,
que a su alrededor hay seres vivos vitales que te proveen un aire fresco y a la
vez vida cuando DIOS; creo todo esto no lo hizo en vano sino con un propósito.
Ytú te has preguntado alguna vez estoy cuidando de la naturaleza, la puedes
palpar observar pero muy raras veces valorar porque la quieres ignorar y te
sientes superior siéntate un momento y medita y descubre tu alrededor y si ya
la aprecias cuídala aún más. Vive el ahora pero cuida del mañana el filósofo observa
pero también comprueba.
DE LA VIDA EN GENERAL. ¿QUÉ ES LA VIDA?
VIDA FISIOLÓGICA
El punto de
partida de una Psicología Filosófica, ha de ser las conclusiones de la Biología
y de la Psicología científica. La Biología científica nos dice que el viviente
es un ser, que tiene una composición química característica, que posee una
estructura heterogénea, y que nace, crece, se nutre, se reproduce y responde al
medio por los fenómenos de irritabilidad, tropismos, reflejos, fenómenos
intencionales y de adaptabilidad.
Fenomenología
de la vida fisiológica.
Las
operaciones fisiológicas o vegetativas, como son el crecimiento, la nutrición,
la generación, la regulación hormonal, etc. , son operaciones evidentemente
teleológicas e inmanentes. Es decir, se caracterizan por una maravillosa
autoteleología. El hecho de la autoteleología de las operaciones fisiológicas –
finalidad e inmanencia – es un hecho evidente, que no puede negarse, explíquese
como se explique.
Teorías
de la vida fisiológica.
Teoría
vitalista.
Se
llama así porque admite un principio vital o sea, un principio directivo de
toda esa maravillosa finalidad que se observa en la actividad vegetativa, como
única explicación plausible del viviente y de la vida fisiológica.
Según
esta teoría, el viviente en su más íntima esencia es un ser corpóreo, de una
estructura químico – anatómica determinada, y capacitada para realizar las
operaciones bioquímicas que tienen lugar en el viviente con esa maravillosa
autoteleología – finalidad e inmanencia – que las caracterizan. Ahora bien,
esta capacitación de las estructuras químico – anatómicas del viviente, le
viene justamente de estar informado por un principio directivo, que da a la
materia bioquímica esa capacitación para actuar auto teleológicamente, puesto
que sin él, la pura materia bioquímica es incapaz de actuar con esa finalidad e
inmanencia. Ese principio directivo, es el principio vital. El principio vital
es pues un principio energético, que informa, ánima y vitaliza a la materia,
convirtiéndola en materia viva, o sea, en materia capaz de actuar auto
teleológicamente.
Características
del principio vital.
El principio
vital ha de ser un principio superior energéticamente a la pura materia; ha de
ser intrínseco al viviente, de lo contrario no explicaría al viviente y tendría
que ser intelectivo; finalmente ha de ser un principio substancial, no
accidental, como es evidente.
Teorías anti
vitalistas.
Son llamadas
así porque todas ellas coinciden en rechazar el principio vital, y pretenden
explicar la maravillosa autoteleología de las actividades vitales por otras
vías, sin salir de la pura materia. De ahí que las teorías anti vitalistas sean
de hecho, todas ellas materialistas, aunque algunos no lo pretenden.
Según
la diferente explicación que dan de la vida, dentro de la actividad de la pura
materia, se distinguen varias teorías anti vitalistas, principalmente las
siguientes: la mecanicista y la bioquímica.
La
teoría mecanicista sostiene que la explicación de la vida, es decir de
la actividad auto teleológica del viviente, se debe únicamente a la peculiar
estructura del mismo, dotado de una organización tan perfecta en sus
estructuras químico – anatómicas, que basta esta finísima organización para que
la actividad bioquímica no se desenvuelva como se desenvuelve en la naturaleza
puramente inorgánica, sin que siga ese curso auto teleológico admirable, que
caracteriza la actividad de la materia viva. Así como la organización de una
máquina, v.g. de un cerebro electrónico, de un robot, es la única razón de su
sorprendente funcionamiento, de la misma manera el funcionamiento del ser vivo
se explica por la peculiar y perfecta organización de sus estructuras. La
diferencia entre un robot y un viviente estaría en que el viviente es una
organización natural, mientras que la máquina es artificial.
Esta
estructura especialísima del viviente, que explica la vida, no es según muchos
de los mecanicistas la estructura u organización que descubre el análisis
microscópico, sino la metaestructura o estructura Meta empírica. La teoría
mecanicista se llama también organicista, por lo que acabamos de decir.
La
teoría bioquímica admite una especial materia bioquímica, llamada
biógena, a la que se debería el desarrollo del viviente y su especial
organización, y en último término, la vida. Una vez desarrollado y organizado
el viviente, todo se explicaría como la teoría mecanicista.
Como
se ve, esta teoría viene a responder a una grave interrogación que dejó en
suspenso la teoría mecanicista, apelando a un elemento nuevo, la materia
biógena, que no deja de ser pura materia. Esta materia para unos serían ciertas
granulaciones protoplasmáticas, para otros nucleares. Entre estos últimos se
podría colocar la Teoría biogenética de Hertwing.
VIDA CONSCIENTE.
Además de la
actividad vital que hasta ahora hemos encontrado en los seres vivos y que es
común a todos ellos - actividad que por ser única y característica
de las plantas se le suele llamar vegetativa – existen en el animal y en el
hombre otras actividades vitales que se caracterizan por ser conscientes,
en oposición a las vegetativas, que, como tales, son inconscientes.
Fenomenología de la vida consciente en general.
La vida
consciente en el animal y en el hombre se desarrolla por los fenómenos de
conocimiento, de tendencia y emotivos, que son denominados por lo mismo,
fenómenos conscientes, y también fenómenos psíquicos. Los fenómenos conscientes
se caracterizan ante todo – como señaló Bretano siguiendo a Aristóteles – por
su intencionalidad, es decir, se dirigen a un objeto y no se comprenden sino
como operaciones de algo, o para algo; presentan siempre un algo, un objeto. En
segundo lugar, caracteriza a estas operaciones o fenómenos, su inmanencia: son
inmanentes, es decir, modifican al sujeto que las produzca y no al objeto sobre
el que versan. Por último son vivenciales, es decir, son observables únicamente
por el sujeto que las posee, que en este sentido se dice que vive tales
fenómenos, llamados por lo mismo vivencias.
Teorías filosóficas de la vida consciente.
Supuesta la
Fenomenología de la vida consciente, las teorías filosóficas tratan de dar una
explicación de esta vida, y descubrir así, en cuanto sea posible, la íntima y
fundamental estructura del ser consciente. De hecho los filósofos, cualquiera
sea su filiación, no han dejado de tomar posición respecto de este importante
problema, y sus opiniones se las puede clasificar principalmente en dos grupos
antitéticos: la teoría animista y la teoría mecanicista.
La teoría animista. Esta teoría
con mayor razón que para la vida vegetativa o fisiológica, postula la
existencia de un principio energético, superior y distinto a la pura materia,
para explicar las operaciones conscientes, de características totalmente
opuestas a las de las operaciones de la pura materia. Este principio, raíz
última de donde brota toda la vida consciente, se llama "Alma”.
La
teoría materialista. No reconoce la existencia de ningún otro
principio distinto de la pura materia para explicar la vida consciente. Basta
la peculiar estructura químico – anatómica del cerebro animal o humano,
maravillosamente desarrollado éste y cúlmen de la evolución filogenética, para
dar razón de los fenómenos de la vida consciente.
¿Qué
es la vida?, ¿Qué es un viviente?.
¿Podemos
saber con lo dicho, lo que es un viviente en general? , ¿Lo que es la vida? Hemos
examinado filosóficamente las características de la vida vegetativa y de la
vida consciente en general. La primera se caracteriza por su auto teleología y
por su inmanencia. La segunda por su intencionalidad y por su inmanencia
también. La nota común que las abarca a ambas, y por la que de una manera
genérica se puede definir la vida, es la inmanencia. Así pues, el viviente en
general se puede decir que es: un ser capaz de actuar inmanentemente, con una
inmanencia tal como la descrita es decir, cualitativa y substancial, no
puramente accidental.
Así pues, el
viviente en general se puede decir que es: un ser capaz de actuar
inmanentemente, con una inmanencia tal como la descrita, es decir, cualitativa
y substancial, no puramente locomotiva.
Y la vida será: la capacidad de actuar
inmanentemente.
¿Qué es el alma?
La teoría
animista y vitalista, postulan para la explicación real de la vida y del
viviente, un principio energético superior y distinto de la materia pura, que
es el Alma. La capacidad de actuar inmanentemente le viene ala viviente de
estar dotado intrínsecamente de un principio energético, raíz última de donde brota
la vida, que no puede ser la pura materia. Este principio es el Alma.
El alma, es
pues, el último y radical principio de las operaciones vitales, tanto
vegetativas, como sensitivas e intelectivas. Donde quiera que hay
operaciones vitales, conscientes o inconscientes, allí hay un alma o principio
vital, que son dos nombres de la misma realidad. Así la planta, el animal y el
hombre, tienen su alma. Para distinguirlas reciben distinto apelativo; en la
planta, alma vegetativa o simplemente principio vital, en el animal, alma
sensitiva; y en el hombre alma intelectiva o racional; apelativo que declara la
vida específica que el alma comunica a tal viviente.
DE LOS VIVIENTES EN PARTICULAR
Las Plantas.
Toda la
psicología filosófica sobre la vida de las plantas no tiene más que un problema
que resolver, determinar bien los límites de esa vida.
Que las
plantas viven es evidente. Pero la vida de las plantas es una vida puramente
vegetativa, que se mantiene dentro del círculo de la vida más elemental, pero
vida auténtica con las funciones características del ciclo vital. El problema
se presente al supervalorar esta vida de las plantas. Dada la admirable auto
teleología de los seres vivos, que postula un principio vital directivo, a este
principio se le hace cognoscitivo, pues esa dirección auto teleológica de las
operaciones vegetativas parece hacerse a la luz del conocimiento de los fines.
Aparte de otras analogías de movimientos reflejos, que pudieran interpretarse
como obedeciendo a un conocimiento sensitivo.
Tal
interpretación de la vida de las plantas no es cierta, y con el sentido común
la rechazan la mayoría de los biólogos y filósofos.
EL HOMBRE
El hombre
cuya vida específica es la racional, reúne también en sí, la vida sensitiva y
la fisiológica, que se hallan repartidas en los reinos animal y vegetal. El
hombre es la síntesis y la cumbre de la vida sobre la tierra. Estudiar la vida
consciente en el hombre es metodológicamente la única manera de hacer una
autentica Psicología Filosófica. No es posible captar fenomenológicamente la
vida consciente, nada más que en nosotros mismos. Por estas razones el hombre
será el centro de nuestra investigación psicológico – filosófica. Pero era
necesario enmarcarlo en el cuadro general de la vida y de los vivientes.
BIBLIOGRAFIA:
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